Coronilla a la Divina Misericordia.
Hija Mía, ánima a las almas a rezar la coronilla que te he dado. A quienes recen esta coronilla, Me complazco en darles todo lo que me pidan. Cuando la recen los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz. Escríbelo para las almas afligidas: Cuando un alma vea y conozca la gravedad de sus pecados, cuando a los ojos de su alma se descubra todo el abismo de la miseria en la que ha caído, no se desespere, sino que se arroje con confianza a los brazos de Mi misericordia, como un niño en brazos de su madre amadísima. Estas almas tienen prioridad en Mi Corazón compasivo, ellas tienen preferencia en Mi misericordia.
Proclama que ningún alma que ha invocado Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que confía en Mi bondad. Escribe: Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Padre y el alma agonizante como Juez justo y Salvador misericordioso. (Diario, 1541).
Padre nuestro, Ave María, Credo.
Se comienza cada decena diciendo:
"Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero"
En cada decena se eleva al Padre Eterno diez veces la siguiente oración:
"Por Su dolorosa Pasión, Ten misericordia de nosotros y del mundo entero"
Doxología final después de las cinco decenas (tres veces):
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
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