Mi adoración a Él

"Él dio ordenes a sus ángeles para que te cuiden día y noche"

“Pues, ¿A cual de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tu, yo te he engendrado hoy? Y otra vez ¿Yo seré a el Padre y el será mi Hijo? Y otra vez cuando introduce al primogénito al mundo dice: Adórenle todos los ángeles de Dios” Heb.1:5,6.

Tenemos que unirnos a los ángeles en adoración al Hijo. A través de nuestra propia fe y obediencia.

Un guerrero no pasa sus días intentando representar el papel que los otros escogieron para él.

"Él dio ordenes a sus ángeles para que te cuiden día y noche"

Un guerrero de la luz siempre hace algo fuera de lo común.

Puede bailar en la calle mientras se dirige al trabajo, mirar los ojos de un desconocido y hablar de amor a primera vista, defender una idea que puede parecer ridícula. Los guerreros de la luz se permiten tales días.

No tiene miedo de llorar antiguas penas, ni de alegrarse con nuevos descubrimientos. Cuando siente que llegó el momento, lo abandona todo y parte hacia su aventura tan soñada. Cuando entiende que está en el límite de su resistencia, sale del combate, sin culparse por haber hecho alguna locura inesperada.

Un guerrero no pasa sus días intentando representar el papel que los otros escogieron para él.

Evangelio del dia

Evangelio según San Lucas 9,18-24.
"Él dio ordenes a sus ángeles para que te cuiden día y noche"

Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?". 
Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado". 
"Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?". Pedro, tomando la palabra, respondió: "Tú eres el Mesías de Dios". 
Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie. 
"El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día". 
Después dijo a todos: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. 
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará.